miércoles, 3 de diciembre de 2008

Presentación de la Ví@ en Rosa

Mª Ángeles Sallé
Madrid, 18 de noviembre de 2008
Mucho que agradecer
Buenas noches, amigas, amigos. Os damos la bienvenida a ‘La vi@ en rosa’. Y si tuviera que elegir una sola palabra para hacerlo no se me ocurriría otra mejor que ‘Gracias’. Desde que comenzó la gestación de este libro -en el año 1999- hasta el día de hoy en que lo presentamos, he ido acumulando motivos de gratitud por toneladas. Gratitud a las coautoras (y también coautores) de la obra, que han puesto tanta vida en la vi@. A Carmen Alborch, que nos regaló -porque sí- un prólogo estupendo. A mi queridísima familia y a mi gente de Enred, que se han convertido en nuestra principal plataforma.

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A Ángeles Gil, que nos ha proporcionado –a partes iguales- fe y recursos. Al cantautor Rómulo Castro, que puso música a nuestras letras. A nuestras editoras de El Cobre, que se han sumado a este carro con toda su sabiduría y entusiasmo. Al Ateneo de Madrid, que nos ha cedido este magnífico espacio para que lo ‘ocupemos’ a nuestra manera. A vosotras y vosotros, que lo llenáis con tanto calor y buena energía. Al equipo de amigos que ha organizado de modo totalmente altruista este precioso jaleo hasta sus mínimos detalles, entre cuyos miembros quiero destacar a José Santamaría, Pedro Carrillo, Mati Prat y Bienvenida Sánchez Alba. También a Mariella Köhn y Lola Montenegro, quienes sabiendo que no hay vidas -ni tampoco vías- sin música arroparán hoy este acto con sus voces prodigiosas, con su ritmo, con su luz. Y, cómo no, a las mujeres y hombres que me acompañan en el escenario, ya sea con su presencia o mediante aportaciones virtuales; mujeres y hombres que proceden de nueve países y que hoy están aquí para añadir nuevas líneas de su cosecha a este libro abierto. Gracias de todo corazón a todas, a todos, por estar aquí, conmigo, dando un nuevo testimonio de que los seres humanos alcanzamos nuestros proyectos -grandes o pequeños- siempre gracias a otros, mejor aún cuando lo hacemos en red, y la mía, creedme, es una auténtica maravilla.


Contar muchas veces qué es la vi@

Y ahora, hablemos de la vi@ en rosa. Nuestra vi@ es una obra que testifica una experiencia real de comunicación entre un grupo de mujeres latinas que repartimos nuestras vidas entre las dos orillas del Atlántico (España, Portugal, Chile, Panamá, Perú, Uruguay y Estados Unidos). El resultado es un libro organizado en doce capítulos, cada uno de los cuales combina un hilo temático (desencuentros, profesión, hijos, espiritualidad, participación, viajes, muerte, amistad…) con otro cronológico (enero a diciembre). En medio de todo ello subyacen, como telón de fondo, los difíciles procesos de construcción de la identidad femenina en los tiempos que corren y los usos alternativos de Internet, derivados de la exploración de ese nuevo mundo con mirada de mujer.

Internet en femenino

Internet permite hoy cosas que eran impensables hace unos años. Como, por ejemplo, contribuir decisivamente a que Obama gane unas elecciones cruciales para todo el planeta, mover grandes flujos financieros alrededor del mundo, organizar movimientos globales contra la pobreza o acceder a una fuente incalculable de conocimientos acerca de cualquier materia. Sin contar con su capacidad para potenciar de manera exponencial las fuerzas destructivas (guerras, crimen organizado, tráfico de personas), pues lo que verdaderamente caracteriza a Internet es su inmenso poder para expandir lo mejor, y lo peor, de las creaciones y emociones humanas, al ponerlas en red.

Y por ello no es de extrañar que la red se esté convirtiendo también en uno de los más novedosos y vastos territorios por los que circulan las músicas procedentes de muchas almas femeninas que van identificándose a sí mismas mientras se identifican con otras, en un inédito recital de viajes interiores compartidos. Viajes de libertad y fantasía, de silencios arañados, de elección de espejos diferentes a partir de los cuales mirar y mirarse.

Porque la red, como organismo vivo que es, no puede dejar de disponer de un gran corazón, que late al son de esperanzas, lágrimas, confidencias y manos tendidas. Se trata de un idioma diferente y subversivo, que felizmente contrapesa las tendencias tecnocráticas que pretenden la simplificación máxima de la comunicación virtual en aras a su mayor eficacia. Frente a los textos cortos, las largas parrafadas. Frente al culto al tiempo eficiente y competitivo, la recuperación de un tiempo perdido que se gana para sí. Frente a la invasión de la técnica, el despertar de la literatura. Y frente a los viajes exteriores e instantáneos, los viajes de ritmo lento hacia el ser. Contraponiendo así a las lógicas lineales un femenino batiburrillo de reflexiones, relatos de viajes, poemas, irrupciones inesperadas de terceros, chistes, cadenas, respuestas, silencios… donde la coherencia la aporta la verdad de la comunicación.

No tenemos grandes pretensiones literarias pero creemos que nuestros zapatos sirven a mucha gente. Por eso nos hemos arriesgado a lanzar una obra cuyas historias se hilvanan en medio de nuestra vida misma, de las esperas y ansiedades de los mensajes no respondidos y de las largas distancias. En este rico proceso, como no podría suceder de otra manera, nosotras y nuestras vidas se han transformado. Auténticamente.

Las plumas de la vi@

Las autoras de la ví@ en rosa sumamos, entre todas, un amplio bagaje de experiencias íntimas, sociales y profesionales. Paula (Carla Chasco) es una bióloga y consultora brasileño-portuguesa. Victoria (Gabriela Vega) es peruana y trabaja en un organismo internacional con sede en Washington. Jimena (Sara Silveira) es uruguaya pero ha vivido un largo período de exilio que transcurrió entre Argentina y Chile; desde hace años presta sus servicios en un centro de la Organización Internacional del Trabajo. Marta (Regina Rodríguez) es chilena, pasó 14 años exilada en España y es hoy la Agregada Comercial de su país en Italia y María (una servidora) es hispano-panameña y promueve proyectos de desarrollo socioeconómico que, casi siempre, tienen un pie acá y allá.

A nosotras se han sumado en el camino cuatro tr@nseúntes más:

Lucía (Martha Zein), periodista hispano alemana, quien –además de aportar sus correos provocadores- ha tenido un papel muy importante en la conversión de nuestras comunicaciones dispersas en una obra editable.

María Ángeles Riesco (Marian), que trabaja como funcionaria en la Administración Pública Española y que ha compuesto todos los poemas que abren los capítulos de la vi@.

Ana Moreno, ingeniera, consultora y profesora española, que ha participado en esta obra con sus reflexiones sobre el tiempo y sobre las relaciones de las mujeres con el nuevo entorno que abre Internet.

Y Damián Barceló, un personaje especialísimo de 82 primaveras, con alma de escritor y cuerpo de gran empresario hotelero, que se ha enganchado a la vi@ y le pone, con sus cartas, un broche de oro.

Hay que citar, por último, al puñado de amigos varones que, en el quinto capítulo (‘El príncipe de mis sueños y el hombre de mis insomnios’), nos hablan de su visión de las relaciones entre hombres y mujeres en esta etapa de transformación de roles.

La vi@ en rosa es, pues, un ‘libro recital’ tejido por un número amplio de autoras y autores, que han podido aportar sus testimonios de vida gracias al milagro de la red.

Arranca la vi@ II

Quiero dejaros ahora con las personas que van a seguir reescribiendo –hoy y después- este libro red. Dieciséis mujeres y dos hombres procedentes ni más ni menos que de nueve países: Argentina, Angola, Colombia, Chile, España, Panamá, Perú, Portugal y Uruguay. Por parte española, contamos con presencia catalana, madrileña, vasca, extremeña… Y las ‘participaciones virtuales’ nos llegarán desde Buenos Aires, Los Ángeles, Montevideo y Washington. Es decir, más diversidad no cabe y, a la par, tampoco mayor unicidad. Cada una de estas personas ha seleccionado un párrafo de la vi@ que les resuena de manera especial y, a continuación, ha añadido el suyo propio. Comenzamos así la aventura de la vi@ II, que seguirá fraguándose en el blog laviaenrosa.blogspot.com, que otra amiga –Gusi Bertomeu- se ha encargado de que hoy esté ya en el ciberespacio.

Nuestras lectoras y lectores serán, por orden de intervención:

Abriendo puertas

(1) Alicia Téllez, chilena y española, vivió el doble exilio

Hormiguitas

(2) Sara Silveira, uruguaya, coautora de la vi@ (video desde Montevideo)
(3) Ana Pinilla, colombiana

Ciudadanas del Mundo

(4) María Manuela, angoleña
(5) Robert Ramos (lectura en nombre de Alicia Gutiérrez), español

Fruta madura

(6) Carla Chasco, luso-brasileña, coautora de la vi@

El príncipe de mis sueños y el hombre de mis insomnios

(7) Carolina de Dobrzynski, argentina
(8) Alberto Infante, español

Poderoso caballero es Don Dinero

(9) Jessica Retis, peruana (audio desde Los Ángeles)

Vida loca

(10) Matilde Prat, española

Cultivando el jardín

(11) Bienvenida Sánchez Alba, española

Ciberencuentro

(12) Selina Baños, panameña
(13) Ana Moreno, española, coautora del capítulo Ciberencuentro

Embrujadas

(14) Nieves Díaz, española
(15) Gloria Velásquez, colombiana

Punto final, punto inicial

(16) Itziar Elizondo, española

Sirenas

(17) Charo Zanabria, peruana
(18) Gabriela Vega, también peruana y coautora de la vi@ (video desde Washington)


Este recital de voces estará aderezado con música interpretada por dos mujeres: Lola Montenegro, soprano del Monasterio de El Escorial y compositora e intérprete de FlamencÓpera, y Mariella Köhn, musicóloga y cantante afroperuana. Dos mujeres, dos orillas, dos fusiones que inciden –una vez más- en la idea de que el presente y también el futuro de la creación, de la convivencia y de la vida como tal se encuentran en el mestizaje.

La vi@: vidas en red

Termino ya poniéndole voz a mi colega Gloria Bonder, argentina y Directora de la Cátedra UNESCO de Ciencia y Tecnología, quien no pudo remitirnos su mensaje grabado pero sí hacernos llegar su testimonio escrito para esta noche. Nos dice Gloria:

“Abrí la Vi@ en rosa y navegué casi sin parar con todas y cada una de vosotras a través de mails que hacen olas!

Encontré con júbilo palabras que dije o me dijeron, pero con más júbilo aún miradas inesperadas, sorprendentes sobre temas que recurren en las vidas de las mujeres; me emocioné, divertí, pensé, las quise, y me pareció que las conocía a todas, que estaba entre ustedes.

Admiré vuestra capacidad de expresarse con una belleza fresca y en muchos momentos muy conmovedora, de ser transparentes y sólidas a la vez, de mostrar que las vidas de las mujeres, y posiblemente también de los varones, son entretejidos de miles de hebras de diversas materias, aleaciones, densidades, que se tejen y destejen en red con las hebras de otr@s”.

Otra vez, muchas gracias

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